VISITA A LA AUDIENCIA PROVINCIAL 

El 2 de mayo de 2012 asistimos a un juicio sobre delito de robo con violencia y lesiones. A las 9:30 nos reunimos en los Leones de nuestra facultad para dirigirnos a la Audiencia.

VISITA A LA CÁRCEL DE VILLANUBLA

El viernes 25 de noviembre por la mañana, 27 estudiantes de Derecho visitamos la cárcel de Villanubla, visita organizada por Elsa Valladolid en colaboración con el Juez de Vigilancia Penitenciaria de la Prisión de Villanubla, que se encuentra a media hora de la capital.

 

A nuestra llegada a prisión tomaron nota de nuestros documentos de identidad a la entrada para ver si se correspondían con los de la lista que había enviado el juez con carácter previo. Acto seguido, retuvieron nuestro DNI y nos distribuyeron tarjetas de color amarillo para facilitar la identificación del grupo. Un funcionario de prisiones que llevaba 17 años trabajando en la prisión hizo de guía y también nos acompañaron en nuestra visita el jefe de servicios y un funcionario que se encargaba de velar por nuestra seguridad, manteniendo a los reclusos alejados del grupo.

 

Un pasillo separaba la zona de las oficinas con la prisión propiamente dicha, que tenía forma de ‘T’ para una mejor distribución del espacio. El pasillo servía de zona de fácil y rápida identificación de las personas que entran y salen de la prisión a través de las videocámaras que se encuentran por todo el centro penitenciario.

 

En primer lugar, nos enseñaron una sala donde comunicaban durante 6 horas al mes los internos con su familia cuando tenían hijos menores de 10 años. La sala disponía de una cuna y sillas pequeñas y las paredes estaban decoradas con dibujos de Disney con el objeto de no romper en la medida de lo posible con el entorno familiar. A continuación entramos en una sala insonorizada donde se realizaban juicios a través de videoconferencias en las que estaban presentes el interno, el abogado, el fiscal y el juez. De esta manera se garantiza la intimidad del reo en procedimientos secretos. A través de la incorporación de las nuevas tecnologías se trata de dar facilidades y ahorrar en los ingentes costes que generan los desplazamientos de los internos a las vistas orales y simultáneamente la seguridad se ve reforzada, ya que el interno no sale del centro penitenciario. Después, nos indicaron la existencia de una sala con camas en la que los internos pueden mantener contactos íntimos durante dos horas al mes y una sala de comunicación exenta de decoración infantil para las familias sin hijos o con hijos mayores de 10 años. También nos enseñaron una sala en la que comunicaban los letrados con sus clientes y los familiares con los internos dos días a la semana durante periodos de 20 min o un día a la semana durante un periodo único de 40 min a través de un cristal que separa al recluso del visitante y un teléfono que permite la comunicación.

 

Por todos los pasillos las paredes estaban llenas de dibujos pintados por los propios internos, creando un ambiente agradable y dando un aspecto alegre a la vista, siendo el rojo, el blanco y el azul los colores predominantes.

 

Las paredes del patio se hallaban cubiertas de alambres de espino que tenían por objeto disuadir a los internos de fugarse. Como dato curioso, a pesar de los numerosos intentos de fuga que se han dado en la prisión, nunca nadie ha conseguido fugarse hasta el momento y eso que han estado los criminales más peligrosos de España en esta prisión. Quizás por ese motivo, la seguridad es tan buena en la actualidad.

 

Llamaba la atención que el patio equipado con porterías y canastas estuviera completamente vacío y todos los internos se encontraran en la sala de estar contigua tomando café y charlando tranquilamente. Según nos explicaron este hecho es muy positivo ya que cuanto más tiempo libre dispongan los presos, más les da por pensar y esto es sinónimo de aburrimiento, enfrentamientos, intentos de fuga y planificación de actividades delictivas. Los reclusos normalmente están ocupados con talleres o en la sala de estar en convivencia con otros y solo salen al patio a fumar o hablar por el móvil.

 

Tras una breve charla general con algunos de los internos de uno de los módulos de régimen ordinario que visitamos, en la que nos invitaron a comer con ellos, proseguimos nuestro camino y visitamos la cocina, el gimnasio, la sala de duchas y la escuela, que era una habitación pequeña con unos cuantos pupitres y una pizarra.

 

Cuando los penados llegan a prisión se les hace pasar a un módulo de ingreso para la evaluación de su personalidad y su posterior clasificación. Lo más importante de cara a la clasificación de los internos es su pronóstico de peligrosidad, no tanto el delito que hayan cometido. Hay distintos módulos que separan a los internos en función de su sexo (mujeres-hombres) y edad (jóvenes-adultos), siendo menor el número de mujeres que el de hombres. Actualmente hay alrededor de 450 internos en la prisión, aunque en épocas pasadas ha llegado a haber 600 y hay una media de 100 internos por modulo. Existe un módulo de respeto donde los internos van a solucionar sus diferencias, muy positivo de cara a la idea de responsabilidad personal en la resolución de los propios problemas sin intervención del personal penitenciario.

 

Aunque la ley prevé la existencia de una persona por celda, en la práctica hay dos reclusos por celda por el espacio disponible y porque a nadie le gusta estar aislado. La celda está formada por una litera con dos camas, una mesa con una silla, un retrete y un cubo con una fregona y en la mayoría una televisión propia que se compran con sus ahorros los internos que trabajan o reciben dinero de sus familiares, ya que se les da una media de 80 euros semanales en forma de dinero ficticio para sus propios gastos –especialmente ropa y tabaco. Algunos internos disponen de ordenador personal, pero constituyen una minoría, ya que se requiere justificación especial como estar estudiando y se precisa de autorización. La mayor parte de los internos son toxicómanos, por lo que la decoración de las habitaciones va de acuerdo a sus necesidades creadas. En la puerta de las celdas están colgadas las normas básicas de cuidado de la habitación, como que esté limpia y ordenada, la ropa doblada y las camas bien hechas, y su cumplimiento es supervisado diariamente por los funcionarios de prisiones.

 

La celda se cierra a las 20 horas, dando paso a la parte más dura de la estancia en prisión, porque es el momento en que te das cuenta de que estás privado de libertad y no puedes salir de allí, ya que hasta entonces estás ocupado con actividades y no te paras a pensar en ello, aunque algunos están deseando subir a la celda para disfrutar de más intimidad, ver la tele y descansar después de un duro día de trabajo. A las 8 se vuelve a abrir la celda y a las 8.15 ya hay que estar desayunando. Es importante que los internos estén organizados con horarios fijos y ocupados con actividades para que se les pase el tiempo más rápido. Los talleres son muy variados y abundan los de manualidades (cuero y cerámica); también les visitan asociaciones como Cruz Roja y FEAPS, que realizan actividades con ellos. Además, el centro penitenciario dispone de un salón de actos gigantesco con un equipo de música impresionante en el escenario con una batería, guitarras eléctricas y acústicas y un micrófono para que formen grupos de música los reclusos.

 

Hay cuatro grados penitenciarios:

 

En el primer grado están clasificados los sujetos más peligrosos que han cometido delitos contra las personas, la mayoría de sangre. Las sanciones que se imponen por mal comportamiento van desde la menos grave, que es la amonestación, a la más grave, que es la reclusión en la celda durante 22 horas.

El segundo grado es el de régimen ordinario y en éste se encuentran clasificados la mayor parte de los reclusos.

 

En el tercer grado se encuentran los reclusos que trabajan o están fuera de la cárcel durante todo el día y vuelven a dormir a la prisión y también aquellos que están sujetos a control telemático por pulsera que controla si la persona está en su domicilio durante los horarios establecidos en la sentencia.

 

El cuarto grado es el que se denomina libertad condicional, al que se accede una vez cumplidas las tres cuartas partes de la condena o al menos los dos tercios. Los sujetos llevan una vida normal en su domicilio y una vez al mes deben personarse ante el juez, pero si deciden quebrantar la condena, deben cumplir lo que les queda de pena en la cárcel.

 

La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias es la que toma las decisiones que convalida el Juez de Vigilancia Penitenciaria a posteriori. Es importante distinguir el régimen, que es más la organización de la vida penitenciaria -horarios y clasificación- del tratamiento, que consiste en la evaluación de su personalidad, apoyo psicológico y formación a través de distintas actividades. Hay psicólogos, profesores y educadores en contacto directo con los presos. El tratamiento que reciben los internos es mejor cuanto mejor sea su comportamiento, pudiendo progresar de grado y cumplir la condena en mejores condiciones. En definitiva, depende de los propios internos que su estancia en prisión sea un suplicio o un periodo de aprendizaje y reflexión del que extraigan una conclusión positiva. Por ejemplo, los menos peligrosos disfrutan de permisos de salida de hasta 6 días y van de excursión como por ejemplo al Museo de la Ciencia de Valladolid.

 

Conclusiones

 

Si se abrieran las puertas de la prisión, el 80 % de los internos quedaría dentro porque conocen las normas y las consecuencias de fugarse y el buen funcionamiento y eficacia del sistema. Saben que la policía tardaría poco tiempo en encontrarlos y que no les compensaría estar angustiados hasta que llegara el momento de su detención y vuelta a prisión. Además, como lo que quieren los internos es salir cuanto antes de prisión, la mayoría preferiría no correr el riesgo de prolongar su estancia por un quebrantamiento de condena. Por eso es tan importante que todo el mundo conozca las normas y las consecuencias de su quebrantamiento y se disponga de un sistema de seguridad impecable que tenga efecto preventivo y disuasorio.

 

Lo único que me imaginaba tal cual lo vi fue el patio con las cedrinas, la sala de comunicación con el telefonillo y los barrotes en las celdas. No obstante, la cárcel ha evolucionado mucho sobre todo en estos últimos 7 años, siendo nuestra ley de enjuiciamiento criminal una de las más avanzadas del mundo. Las instalaciones están en perfecto estado, existen muchos talleres de manualidades y las nuevas tecnologías se van incorporando progresivamente. Lo que más me ha sorprendido es el ambiente tipo instituto en cuanto a instalaciones y decoración y no la prisión oscura, sucia y en mal estado de las películas americanas. El personal penitenciario resultó ser muy amable y no tener armas. Las miradas de los presos variaban en función de su grado de evolución; mientras unas reflejaban incomprensión y un importante desequilibrio en sus conductas, otras reflejaban arrepentimiento y ganas de volver a una vida normal en sociedad. También nos explicaron que la dilatada convivencia intensifica las emociones hasta el extremo, yendo de la felicidad a la depresión absoluta en cortos periodos de tiempo.

 

Lo malo de la prisión aparte de la privación de libertad durante normalmente largos periodos de duración, son las personalidades peligrosas que pueda haber dentro, aunque el hecho de que se emplee la violencia como último recurso hace que el ambiente en prisión sea mejor y los internos sean menos violentos, ya que los funcionarios de prisiones no tienen armas, porque los internos las podrían usar contra ellos y ellos podrían tener la tentación de usarlas en momentos en que no fuera necesario. La mejor arma es la inteligencia, razonar con los presos en función de su personalidad, ser empático y vigilarlos constantemente.

 

Los servicios mínimos están garantizados e incluso los no tan mínimos, con lo que hay que tener cuidado, porque los lujos podrían llevar a que personas sin un medio de vida fuera se hagan cómodas y delincan para ir a prisión y tener el sustento garantizado y se acostumbren tanto a este ambiente que ya no estén preparados para vivir en sociedad. Los fines de la prisión tienen que ser la reflexión sobre el delito cometido y sobre la propia conducta y la búsqueda de la reinserción social y si se dispusiera de más recursos, la búsqueda de la propia felicidad del penado a partir del reforzamiento de su autoestima y el desarrollo de sus habilidades a partir de sus cualidades, que les haga ver cuáles son sus propósitos en la vida y cómo podrían cumplirlos con el talento de que disponen. Por ejemplo, un dato muy positivo de la prisión es que la cantidad ingente de tiempo de que disponen los internos, les lleva a desarrollar su imaginación hasta límites insospechados.

 

Pero sin duda lo que más me ha sorprendido es lo relativo a la reinserción social, que se configura como uno de los fines de la pena de prisión, ya que hasta el día de hoy pensaba que el hecho de que volvieran a cometer delitos las personas que ya habían cumplido condena en prisión, era por culpa exclusiva del funcionamiento de la prisión, por no poner todos los medios a su alcance para lograr la socialización del recluso. Pero lo cierto es que tiene mucha culpa la sociedad, porque si no se acepta a los reclusos que salen ya preparados para vivir en sociedad cumpliendo la normas de convivencia, ni se les facilita un entorno adecuado para mantener la mentalidad que han adquirido sobre la vida en sociedad, que no les empuje a cometer nuevos delitos, éstos volverán a delinquir sin lugar a dudas, porque al volver a su mismo entorno de siempre con sus amigos y familia acostumbrados a delinquir, sin poder remediarlo se contagiarán de ese efecto criminógeno y todos los avances que se hayan hecho hasta el momento, se esfumarán como si nunca hubieran existido y eso es lo que no debemos permitir que ocurra.

 

El perfil de estas personas suele tener como elemento común un déficit afectivo importante y bajo nivel educativo, con lo cual es vital darles una buena formación, ser muy empático e incidir en su personalidad y autoestima, puesto que su desequilibrio es lo que les lleva a cometer delitos. Requieren más atención por parte de la sociedad y paradójicamente son los que menos atención reciben, por lo que deberíamos darnos cuenta de que algo falla cuando nos negamos a alquilar nuestro piso y ofrecer un puesto de trabajo en nuestra empresa a un ex recluso.

 

Si es de ser humano cometer errores, ¿por qué nos cuesta tanto creer en las segundas oportunidades?

 

Sara Sanz Aldea

 

Vicepresidenta A&A

Uso de bases jurídicas y Dialnet

Estimado Socio:


ELSA Valladolid desea proponerte una actividad en colaboración con la Biblioteca de nuestra facultad. 

 

Este miércoles 9 de Noviembre a las 17:30h y durante una hora en la sala de ordenadores el personal de la biblioteca nos enseñará como utilizar las bases jurídicas y Dialnet, a nuestra disposición por ser alumnos de la UVa.

 

Este es un servicio ofrecido por la biblioteca de gran utilidad pero a menudo desconocido.

 

Desde Elsa Valladolid te animamos a que participes pues realmente creemos que es una actividad que te ayudará mucho en la elaboración de prácticas y cualquier trabajo de investigación, especialmente si estás en los primeros cursos .

       

Os rogamos que envieis un e-mail si quereis participar.

 

Atentamente,

Inés Cañibano
Directora de AA

NCM CÓRDOBA 2011

Del 11 al 13 de Noviembre tendrá lugar el XXXII National Council's Meeting de ELSA España.

 

La perfecta ocasión para conocer a los socios del resto de grupos de ELSA España!

 

¿Te lo vas a perder?